Los mapaches son originarios de América, donde podremos encontrarlos desde Panamá a Canadá. No tiene problema con el clima pero sí agradece vivir en zonas boscosas, por lo que el norte de Estados Unidos y Canadá son sus lugares favoritos. Sin embargo, con el paso de los años la deforestación y la intervención del hombre en los espacios naturales ha obligado a los mapaches a adaptarse a nuevas formas de vida, por lo que igual que pasó con los gatos hace miles de años, los mapaches empiezan a formar parte voluntaria de las ciudades. Se calcula que en América ya hay un 20% más de mapaches en las ciudades que en los bosques, se alimentan de restos de comida que encuentran en la basura, o gracias a la ayuda de humanos. Realmente son un peligro pues hacen menos remilgos que los gatos y no dudan en introducirse en las casas abandonadas por la chimenea y los tejados, lo que produce muchos desvelos a las fuerzas del orden.
Te va a sorprender pero hasta la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos la carne de mapache era utilizada para la cena de acción de gracias. No es de extrañar, se trataba de un alimento al alcance de los colonos y la costumbre hizo perpetuar que el mapache fuera el alimento festivo durante mucho tiempo, hasta que Calvin Coolidge, el 30º Presidente de los Estados Unidos decidió tener un mapache como mascota en la Casa Blanca, entonces empezó a popularizarse el mapache como animal de compañía, aunque no era fácil, son bastante agresivos para convivir en un ambiente doméstico.
Puede que si tenemos que recordar qué diferencia a un hurón, una mofeta o un mapache, lo primero que nos venga a la mente es el antifaz de estos últimos. Es muy importante para ellos, no solo les confiere personalidad o estética, sino que es una mejora evolutiva, el motivo por el que tienen esa zona de la cara oscura es para minimizar los reflejos que llegan a sus ojos, el negro absorbe la luz y eso mejora la visión, que por otro lado no tienen especialmente desarrollada, por lo que toda ayuda es necesaria.
Aunque solemos imaginar a los mapaches solos y no en manadas, lo cierto es que suelen ir en grupo, para defenderse mejor y para conseguir mayor acceso a la comida. Las hembras suelen permanecer en una zona segura, protegiendo la comida acumulada y los machos tienden a realizar incursiones al exterior para encontrar nuevos lugares para proveer de víveres. Son animales muy inteligentes, se comportan de forma que denota cierta jerarquía, y pueden incluso solucionar pequeños problemas solos o en equipo.
Aunque no lo aparenten, los mapaches son muy veloces, pese a su imagen de toscos o torpes, la realidad es completamente contraria: tienen un don para hacer rotar sus patas hasta 180º, lo que les facilita adquirir movimientos controlados muy complejos para correr e incluso trepar a los árboles, además sus zarpas son muy fuertes, pueden adherirse con gran fuerza a la superficie que deseen, sean árboles o incluso techos. El nombre originario de los ‘racoon’ proviene de los aztecas y significa “manos hábiles”.
Sus extremidades son importantísimas para ellos porque no tienen una visión ni un olfato especialmente poderoso como en el caso de los gatos o perros, ellos mantienen un reconocimiento del terreno fiel gracias al tacto de sus extremidades, tienen hasta 6 veces más sensibilidad que otros mamíferos, por lo que en entornos oscuros donde apenas hay luz son capaces de reconocer lo que tienen delante tan solo rozándolo.
