La cuarentena es un buen momento para dejar nuestros pisos de parqué  con el brillo original que perdieron con el paso del tiempo. Establecer unas pautas de cuidado será también la clave para que siempre esté purificado y tan agradable y cálido como el primer día.

Los suelos de parqué poseen un acabado único pero también son más delicados y se desgastan con mayor facilidad. Se deben tratar en dos fases: una de cuidado rutinario y otra en mayor profundidad dependiendo de su estado. Se debe establecer una limpieza simple una vez por semana, ya que abusar de su aseo podría ser contraproducente. No olvidemos que se trata de un material delicado y puedes restar vida a tu suelo si lo limpias mucho.

Elegir el producto idóneo dependerá del tratamiento que posea la madera. Los suelos aceitados, por ejemplo, se refuerzan con un aceite que protege de las pisadas y el pisoteo de las mascotas, permitiendo que la madera transpire. Para este tipo de suelos, se recomienda un limpiador bajo en PH y ligeramente alcalino. Debemos evitar siempre el exceso de agua, ya que la madera es muy sensible a la humedad y puede cuartearse.

Para maderas barnizadas podemos usar un limpiador que elimina suciedad, ceras y otros productos grasos, también que sea aplicable a puertas y muebles. Se debe mezclar en un balde de agua con la proporción del limpiador que indique el fabricante y, después de aplicarlo, airear bien la zona para que el suelo se seque. Si hubiera exceso de humedad, se puede pasar un paño suave por la superficie.