La alegría de la casa o Impatiens wallerana, en su nombre científico, es una planta muy frondosa, con mucho follaje, perfecta para cultivar tanto en el interior como en el exterior de tu casa. Se trata de una planta sencilla de cuidar, aunque eso no significa que no necesite de ciertas atenciones para poder disfrutar de sus hermosas flores.
La alegría de la casa, también llamada alegría del hogar u oreja de oso, es una planta resistente, de crecimiento rápido y una gran capacidad de floración, además de ser una de las especies más populares en jardinería por su belleza. Te contamos cuáles son los cuidados de la alegría de la casa.
La Impatiens walleriana, comúnmente llamada alegría del hogar, es una planta herbácea perenne anual, con un fuerte tallo que puede llegar a alcanzar los 60 cm de altura. Perteneciente al género Impatiens, su origen lo encontramos en África.
Sus flores se encuentran en diversos colores, desde blanco, pasando por rosa, rojo o anaranjado. Es habitual verla decorando jardines, creando auténticos tapices floridos, pero también en maceta, donde es más fácil de cultivar. Además, con los cuidados adecuados, puede darte flores durante todo el año.
También son conocidas las Impatiens hawkeri o alegría guineana, aunque las que encontrarás en cualquier vivero son híbridas de las alegrías del hogar.
Las alegrías son plantas que necesitan ciertas atenciones para prosperar. Lo más importante es ubicar a la alegría de la casa en una zona con semisombra, donde no reciba un sol excesivo que podría hacer que se marchitara.
El riego es otro de los elementos básicos en los cuidados de la alegría, que requiere un sustrato siempre algo húmedo. También es importante el abonado. Y es que, si quieres que la alegría te esté deleitando con sus flores durante todo el tiempo que sea posible, deberás aplicar una abono regularmente para potenciar su floración.
La alegría de la casa es una planta que se desarrolla bien dentro y fuera de casa, aunque con algunas particularidades. Se trata de una planta que puede prosperar en el exterior en situaciones de sombra parcial o semisombra, siempre que no se vea sometida a temperaturas ni muy bajas ni demasiado altas. En climas cálidos, colócala a la sombra; mientras que en los más fríos, puede permanecer a pleno sol.
Aunque es una planta anual y puede durar varios años, cuando las temperaturas bajan, la alegría puede morir si no se la protege o se traslada al interior a una estancia con mucha luz. Por eso mucha gente las cultiva en el interior, donde es más fácil regular la temperatura y colocarla allí donde está más cómoda. Si es tu caso, la mejor ubicación de la Impatiens walleriana dentro de casa es en una habitación con orientación norte, más frescas y donde recibirá luminosidad pero no luz directa.
Una de las necesidades más importantes de la alegría de la casa es el riego. Y es que esta versátil planta necesita riegos regulares, de manera que el sustrato esté siempre ligeramente húmedo, pero sin encharcamientos. Asimismo, es recomendable regar la alegría muy temprano por la mañana o por la noche, para que la evaporación del agua no la queme. Evita siempre mojar sus hojas, flores y tallo.
Pero en invierno, las necesidades hídricas de la alegría son menores, por lo que es necesario disminuir las frecuencias de riego y dejar el sustrato un poco seco, aunque no del todo, entre riegos. Ve aumentando los riegos durante la primavera, de manera que la tierra esté siempre húmeda.
Un truco muy efectivo es colocar una bandeja con piedras y agua bajo la maceta, de manera que el ambiente sea el más adecuado para la planta que, además, se beneficiará de la humedad ambiental.
Si quieres que la alegría de la casa te dé flores durante todo el año, su ubicación es fundamental. Colócala en una zona con sombra parcial, donde reciba entre 2 y 4 horas de sol al día. Recuerda que demasiado sol o demasiada sombra, no les permitirá florecer. De igual modo, tendrás que aplicar un abono que propicie la floración de manera frecuente. Lo ideal es hacerlo cada 15 días aproximadamente con un abono líquido mezclado con el agua de riego.
También tendrás que prestar atención al espacio entre las plantas, ya que si se plantan muy juntas, tampoco florecerán. Deja entre 15 y 30 cm entre cada plantón para que florezcan.
Para que la alegría florezca necesita una temperatura de más de 16 °C, por lo que en invierno estará en reposo. Si en tu zona se llega a esas temperaturas, mantén el riego, aunque con menos frecuencia que cuando hace más calor.
Aunque es una planta bastante resistente, dependiendo de su ubicación podrá ser atacada por diversas plagas o enfermedades.
En el exterior, puede verse afectada por babosas, pulgones o ácaros en época templada. Si tiene una plaga de babosas, coloca un plato de cerveza cerca. Las babosas se verán atraídas por la bebida y se ahogarán. En el caso de que tenga ácaros, puedes utilizar un remedio casero: rocía las plantas con jabón neutro diluido en agua (dos cucharadas en cada litro de agua).
Si está en el interior, puede verse atacada por la araña roja en invierno debido a la falta de humedad en el ambiente.
