“Aunque nos sorprenda, debemos saber que el hecho de que un perro muerda las cosas es totalmente normal”. De esta idea parte Sonia Sáez, veterinaria y brand manager de Purina Corporativo. “Hay que tener en cuenta que algunos comportamientos que se asimilan a masticar o morder son en realidad actividades de ‘bocas’ exploratorias. Los perros aprenden sobre la sensación y textura de un objeto con la boca, así como las personas lo hacen al tocar y sentir objetos con las manos”, nos detalla, y nos resume algunas de las causas que pueden hacer que nuestra mascota lo muerda todo:
“Además, no olvidemos que ellos afilan sus dientes, por lo que la acción de morder les suele ser muy satisfactorio para el cambio de dientes e incluso calmar dolor de encías, tal y como pasa con los bebés. Es importante diferenciar la mordida por exploración que hacen los cachorros, a los marcajes o signos de agresividad. En cualquier caso, recomendamos la consulta de un veterinario especialista en medicina del comportamiento animal si la conducta no se puede redirigir”, nos explica.
El comportamiento agresivo de un can puede ser consecuencia de distintas causas como errores en la socialización, defectos en el aprendizaje o falta de jerarquía y liderazgo. A continuación, te listamos una serie de motivos que te ayudarán a identificar las causas que le llevan a morder:
Sonia Sáez nos cuenta que los perros usan la mordida como parte del lenguaje canino. “Debemos saber identificar por qué nuestro perro se comporta así. Puede morder porque está jugando, porque quiere marcar para avisar de una disconformidad o porque tiene miedo y quiere protegerse. Cuando la respuesta es desmesurada o no responde a un peligro real, se considera un problema de agresividad que debe ser gestionado por un profesional. No solamente la mordida, también el gruñido, la mirada fija, las pupilas dilatadas, la piloerección, la cola alta y tensa, la rigidez corporal, la boca cerrada y en tensión pueden ser muestras del lenguaje agresivo de tu perro”, nos detalla.
Para evitar situaciones no deseadas, la socialización del animal ante todo tipo de estímulos, animales y personas, incluidos los niños, es esencial que se lleve a cabo desde épocas tempranas.
Además, debes aprender a leer su lenguaje corporal para evitar que tu perro muerda a otros perros o personas. Con el paso del tiempo, el lenguaje corporal puede variar, por lo que es muy importante contactar con un veterinario especialista en comportamiento en todos los casos en que la agresividad persista o si se produce sin mostrar señales previas de aviso. Aunque tu perro sea de lo más obediente en casa, si sabes que cuando pone una pata fuera de casa su comportamiento se vuelve agresivo, necesitará una correa corta y toda tu atención. En el caso que haya mordido a otros perros o sospeches que pueda llegar a morder haciendo caso omiso a tus indicaciones, no dudes en colocarle un bozal. El bozal es una medida de seguridad que debe ser usada como un accesorio positivo para la tranquilidad de todos. Desde cachorro educa a tu perro con refuerzo positivo para que aprenda que el bozal no es un castigo. Igual que cuando coges la correa tu perro suele ponerse contento, el bozal también puede simbolizar paseo y diversión.
Es habitual que los cachorros mordisqueen todo, pero llega un momento en el que dejan de hacerlo. “Hablando en términos ideales y teóricos, los perros suelen abandonar esta etapa cuando dejan de ser cachorros. De todas formas, no es matemático, pero si hemos sido estrictos con la educación, el animal no morderá nada que no deba”, nos detalla la veterinaria, que añade que a partir de las cuatro semanas, comienzan a salirles los dientes de leche y empiezan a morderlo todo, comportamiento que mantendrán mientras exploren el mundo. “Entre los 4 y los 5 meses, comenzarán a perder estos dientes y mudar a los definitivos, otro momento crucial de mordidas, que pueden asociarse a dolores de encías y el acto de morder los ayude a aliviar”, explica.
Así, siguiendo los consejos de la experta, durante los primeros meses será muy importante enseñarle al cochorro a no morder o a morder solo sus juguetes o snacks dentales, que en definitiva es lo que queremos que hagan. Les llevará un tiempo, pero a partir de los 6 meses de vida, suelen relajarse bastante y si lo hemos hecho bien, conseguiremos que no muerdan y rompan objetos o mobiliario.
Hay algunas pautas que puedes seguir para intentar revertir este comportamiento. “De todas formas, cárgate de paciencia y recuerda que llevarse cosas a la boca es su forma de explorar el mundo”, sugiere la veterinaria.
-Cómprale juguetes apropiados para morder y asegúrate que los tenga siempre disponibles.
-Si ves a tu perro mordiendo algo inapropiado corrígelo verbalmente con un “eh” contundente, pero sin gritar, para que tu cachorro lo entienda como señal de desaprobación.
-Si tu perro se detiene, felicítalo y dale su juguete para morder preferido. No le des zapatos viejos, medias o guantes que ya no uses, porque le darás a entender que puede morder tus cosas.
–Felicítalo cada vez que lo veas mordiendo su juguete y no otros objetos.
–Alterna sus juguetes para proporcionarle novedad, elige diferentes formas y texturas para que así ya las conozca y no se interese por querer descubrirlas mordiendo otros elementos nuestros o de la casa que no queramos que muerda
-Cuando puedas, pon aquellos artículos que no quieras que muerda fuera de su alcance. Si no es posible, mantén a tu perro fuera del área donde están.
-Cuando no estés en casa, mantén a tu perro en un área segura.
-Aumenta el tiempo de ejercicio y sus entrenamientos. Así se cansará, no estará aburrido y evitarás que muerda lo que vea solo por diversión.
Algunos juguetes que recomiendan los expertos son:
“A la hora de elegir un juguete es muy importante tener en cuenta que debe ser adecuado para la edad del animal y temperamento, y que debéis dárselo bajo vuestra supervisión”, recomienda.