Uno de los muebles que más se estropean en casa son las sillas: las utilizamos mucho, las llevamos de un lado a otro e, incluso, nos subimos a ellas para alcanzar cosas en alto. No es extraño que se deterioren con el tiempo. Sin embargo, los daños que suelen sufrir tienen solución y, además, los podemos reparar nosotros mismos. ¿Quieres saber cómo?
Las patas son la parte de las sillas que más sufre: a diario se golpean o las pisamos con los zapatos. Por eso, con el tiempo necesitan una buena limpieza.
Mezcla esencia de trementina y aceite de vaselina a partes iguales y frota las patas viejas de las sillas con un trapo mojado en este líquido. Cada vez que tengas que añadir un poco de la solución al trapo, tendrás que agitar el frasco ya que estos dos ingredientes no se mezclan bien, sino que se cortan.
Una vez bien limpias las patas de tus sillas solo queda encerar el barniz con cera para muebles incolora y sacar brillo con un paño suave y limpio.
Es un desperfecto muy común en las sillas de madera. Las uniones entre las patas y los travesaños van perdiendo la cola y comienzan a moverse. Si no nos damos cuenta de esto puede ocurrir que la silla se rompa repentinamente y terminemos en el suelo.
Este problema se da normalmente en las sillas con uniones de caja y espiga. En ellas el travesaño tiene en el extremo una caja o hueco en el que se introduce la espiga o saliente de la pata. Previamente se añade cola para fijar esta unión.
No se trata de un trabajo complicado. De hecho puedes reparar tú mismo este desperfecto sin que sea necesario que tengas una gran experiencia en bricolaje.
– Comienza por desmontar la silla, quitando el asiento y sacando las espigas de las cajas con mucho cuidado, golpeándolas suavemente con un mazo de goma. Según vayas desmontando la silla es importante que marques las piezas con un número o una letra en una etiqueta, para saber cómo montarla después.
– A continuación elimina la cola vieja rascando con un cuchillo o con una lijadora.
– Aplica cola blanca para madera en la caja y en la espiga, y encaja las dos piezas. Limpia el adhesivo sobrante con un trapo mojado.
– Coloca un sargento de cinta para sujetar las piezas mientras la cola se seca, y espera unas 8 horas antes de retirarlo.
El tiempo y el uso cotidiano pueden estropear (y mucho) las sillas pintadas. Se rozan, se golpean y se desconchan, echando a perder la pintura. Si eso es lo que les ocurre a tus sillas, aprender a repararlas de forma sencilla: puedes repintarlas con pintura de tiza o chalk paint, por ejemplo, entre otras muchas formas de renovar su aspecto.
Antes tendrás que retirar la pintura vieja, especialmente si tiene muchas capas antiguas o si está muy estropeada. Aunque seguramente habrás oído que si empleas pintura de tiza no necesitas retirar los barnices y pinturas antiguas, en realidad el resultado será muchísimo mejor si te molestas en hacerlo.
Para ello existen varias formas:
– Lijando la madera para eliminar la pintura antigua (conviene hacerlo con una lijadora eléctrica).
– Con decapante para pintura y barnices
– Con una pistola de calor
Una vez retirada la pintura vieja, es necesario repasar la silla con una lija de grano muy fino para eliminar los restos que puedan quedar y suavizar la textura de la madera.
Una vez hayas retirado todas las capas de pintura vieja que tenía la silla, es el momento de aplicar el acabado final que prefieras. Puedes pintarla en algún color interesante utilizando pintura de tiza, darle un aspecto desgastado o dejar la madera con su color natural, protegiéndola con barniz mate o con cera incolora.
Si decides pintar la silla con chalk paint, utiliza una brocha plana y estrecha para llegar a todos los recovecos de la silla y cárgala con poca pintura para evitar goterones. Aplica dos capas de pintura, y una vez seca, protege el resultado con cera incolora o con barniz mate en aerosol.
Si bien tapizar muebles no es un trabajo sencillo (por lo que es mejor dejárselo a los profesionales), hay ciertas tareas que son más fáciles y que podemos realizar nosotros mismos, como cambiar el tapizado del asiento a una silla.
Con el uso intensivo y el tiempo la tela de los asientos se va rozando y deteriorando, la goma espuma pierde espesor y queda menos mullida. Por eso conviene cambiar el tapizado cada cierto tiempo.
Si te has decidido a cambiar tú mismo la tapicería del asiento de tus sillas, necesitarás algunas herramientas y materiales que debes reunir.
– En lo que a los materiales se refiere tendrás que buscar tela de tapicería, tela de retor (para poner debajo y darle más resistencia a la tela), goma espuma de densidad media, cinchas de goma, pegamento, etc.
– También te harán falta las siguientes herramientas: una “pata de cabra” (es un utensilio que sirve para sacar grapas y puntas), un martillo, una grapadora de pistola (con grapas), pegamento, etc.
– Lo primero que debes hacer es retirar el tapizado viejo, tanto la tela como la goma espuma, quitando las grapas y clavos que tenga la silla con la “pata de cabra”.
– A continuación retira las cinchas de goma que estén sueltas o estropeadas para cambiarlas por otras nuevas. Deben ir grapadas en la misma posición que las originales. Un truco: puedes ir haciendo fotos con el móvil para no olvidarte de la forma en que van colocadas.
– Corta la gomaespuma a la medida adecuada (puedes utilizar la plancha vieja para sacar una plantilla exacta), redondeando ligeramente las esquinas.
– Coloca la pieza de goma espuma sobre las cinchas renovadas y cúbrela con la tela de retor, ténsala bien y sujeta con grapas. La clave está en poner una grapa cada 3 cm aproximadamente.
– A continuación corta la tela de tapicería y colócala sobre el retor, tensándola y grapándola con grapas muy juntas.
– Dobla las esquinas hacia el interior y corta los picos para lograr un resultado limpio y profesional.
– Monta el asiento en la estructura de la silla. Si se ve el remate del tapizado con las grapas, puedes ocultarlo con tachuelas o pegando una cinta de pasamanería.