Las buenas temperaturas y el hecho de que el niño pueda ir con menos ropa favorece que muchas familias intenten la “operación pañal” en verano. Puede ser un buen momento, pero no siempre coincide con la madurez que el niño necesita para aceptar el orinal.
Con la ayuda del Dr. Gabriel Ruiz Soler, pediatra, te contamos cómo descubrir si tu hijo está preparado y cuáles son los pasos a seguir.
El proceso de dejar el pañal no es solo mecánico. No se basa únicamente en la reiteración de conductas, sino que es necesaria cierta madurez por parte del pequeño. Por eso, el aspecto central que hay que tener en cuenta para intentar que el niño pase al orinal es su madurez.
“Para controlar esfínteres, el niño debe, por un lado, haber madurado la vía neurológica que le envía señales al cerebro de las sensaciones que se originan en la vejiga urinaria y la uretra, y en la zona del recto y el ano”, explica el Dr. Ruiz Soler. “Y, por otro lado, mostrar cierto interés por el tema, porque ve a los padres u otros niños que lo hacen, o por curiosidad”, destaca.
Todo este proceso suele originarse alrededor de los dos años, pero hay que tener en cuenta que hay niños que ya a los 18 meses están listos, mientras que para otros, el margen se amplía hasta los tres-cuatro años.
Aunque no hay ninguna base médica que indique que el verano es un momento idóneo para retirar el pañal, desde el punto de vista logístico sí puede serlo, ya que se va con menos ropa y en el caso de que haya escapes, son más fáciles de limpiar. También se puede observar mejor si el niño muestra ganas de orinar o de hacer deposiciones.
¿Cómo son esas señales? “El niño puede tocarse el pañal o intentar quitárselo cuando se nota que está haciendo pis o caca, o se queja de que está sucio, o intenta imitar el orinar en un inodoro o en un orinal, a veces dice ‘pipí’ o ‘caca’ unos instantes antes de hacer…”, explica el pediatra.
Todas esas son muestras de que el niño puede estar preparado para comenzar la retirada del pañal.
No hay un método ideal para que el niño pase del pañal al orinal, “depende de cada niño, y cada familia puede hacerlo de una manera”, señala el pediatra. Si se adapta al momento evolutivo del niño dará buenos resultados casi con toda seguridad. “Cualquier ‘método’ que respete los tiempos del niño y que no incluya ninguna medida coercitiva, de castigo o comentarios negativos, va a acabar funcionando”, resalta.
No obstante, estas son sus recomendaciones:
En algunas ocasiones parece que el niño está preparado, pero, una vez que se intenta, se descubre que no y hay que volver a ponerle el pañal. Es muy importante que la vuelta se haga de modo adecuado. “La clave es hacerlo con naturalidad, nunca con comentarios ni gestos negativos (riña, enfado..) y tener paciencia”, detalla el especialista.
Para evitar estos vaivenes, un consejo puede ser comenzar poco a poco, retirando el pañal solo unas horas al día, en las que se ofrecerá al niño ir al baño. “Si no funciona, el niño no quiere ir, se hace encima o no muestra interés por el tema, se le vuelve a poner el pañal y se intenta más adelante”, recomienda.
Con respecto al control de esfínteres nocturno, se puede tardar más en retirar este pañal, pues, tal como explica el Dr. Gabriel Ruiz Soler, “por la noche influye el patrón de sueño del niño, y es posible que el niño dormido no perciba cuándo se le llena la vejiga”.
“Si por la noche el niño llama para orinar o el pañal sale siempre seco por las mañanas, estaría listo para retirárselo también de noche”, concluye el pediatra.