Es cierto que además de un montón de tentaciones para comer en exceso, también es una época del año que puede desencadenar fácilmente comer emocionalmente.
No hay necesidad de tirar la toalla hasta después de las vacaciones. Es posible hacerse cargo del reto de evitar comer en exceso durante las próximas semanas y disfrutar de las vacaciones al mismo tiempo.
La comida deliciosa se hace aún más irresistible cuando tenemos hambre de cosas que no son alimentos. El aburrimiento (sí, reconozcamos que también nos aburrimos durante las vacaciones) o el estrés (también las vacaciones puedes resultar en ocasiones estresantes) pueden desencadenar que busquemos comida cuando no tenemos hambre. Es lo que se llama el comer emocional.
El primer paso está en tomar conciencia de tus debilidades durante la temporada de vacaciones.
Las vacaciones tienden a perturbar nuestra rutina. Los días son más largos, acostarnos más tarde por no tener que madrugar, salir de nuestra ciudad, dormir hasta tarde o dormir largas siestas puede desconectarnos de nuestros hábitos saludables y de las señales que nos ayudan a prestar atención a nuestras necesidades.
Cuando no atendemos nuestros no-negociables, las cosas que son esenciales para nuestro bienestar, somos mucho más propensos a comer en exceso. Por lo que este paso es clave para mantenerse durante las vacaciones. Busca unos minutos ahora para hacer una lista de lo que no es negociable para que puedas estar bien y para funcionar mejor.
Puede que no tengas una hora para vos solo, pero es probable que puedas librarte cinco minutos para anotar tus pensamientos por la mañana. Diez minutos de yoga, un paseo por la playa o comer tranquilamente un buen desayuno, son pequeños actos que pueden tener un enorme impacto.
Sé creativo, pero no te saltes este paso.
Nadie quiere que le digan no todo el tiempo. Decide desde el principio qué golosinas propias de vacaciones vas a disfrutar y saborear. Y luego date permiso para hacerlo sin culpa. Asegúrate de comerlo cuando puedas darle a la experiencia toda tu atención para que puedas disfrutarlo con todos los sentidos. Te sentirás más satisfecha y es probable que comas menos que si no estuvieses sintonizada y saboreando.
Habrá muchas horas durante las próximas semanas que no serán de vacaciones o que no tengas planes especiales. Crea maneras fáciles y sencillas para resolverlo ahora. Yo siempre trato de tener un montón de fruta en esta época del año. El desayuno y el almuerzo tienden a ser comidas sencillas y saludables que no requieren mucho tiempo para pensar y que me dejan sintiéndome alimentada y satisfecha con la forma en que he comido.
En vez de estar en alerta y estresada respecto a la comida, fíjate en las estrategias que te funcionan. Y cuando algo no lo haga, date a ti misma permiso para hacer ajustes en lugar de castigarte por no conseguir que sea perfecto. Toma la actitud de pensar que estás haciendo lo mejor para ti en lugar de caer en el pensamiento trampa de todo o nada.