La llegada de un nuevo miembro de la familia es una fecha a subrayar en el calendario. Es común que sientas excitación, emoción y estrés. Sí, porque lo cierto es que el nivel de responsabilidad e incertidumbre que vivirás será muy alto. Que llegue un perro a tu casa te sumirá a ti en un mar de dudas, a la vez que disfrutas de una emoción inigualable: es una experiencia maravillosa.
Sin embargo, para tu perro es sobre todo una situación estresante. Cuanto antes seas consciente de sus miedos y de las necesidades que percibirá en este nuevo contexto mejor podrás ayudar al animal a sobrellevar esta experiencia y a que la adaptación sea lo más orgánica posible.
Todo depende mucho de la edad del perro, si es un cachorro, es joven o adulto. Así como de su historia de vida, si es un perro abandonado, si ha sufrido maltrato y si en su memoria hay situaciones que le generen temores o un comportamiento atípico. En todo caso hay algo importante que debemos decirte: aun en el peor de los casos, si pones de tu parte y das el amor que tu perro necesita, todo saldrá bien. No existe un perro que no afronte estos miedos o inseguridades iniciales con éxito si cuenta con el apoyo y la atención de su entorno familiar, en concreto del tuyo.
Es importante que el primer día tú estés presente todo el tiempo. Es más, sería preferible que elijas un viernes para esta cuestión, y así poder también extender tus cuidados y presencia al fin de semana. Lo peor que podrías hacer es meter a un nuevo perro en casa e irte a trabajar, o tener planes fuera y solo ver a tu perro un par de horas al día. Ten en cuenta que cuanto más tiempo dispongas, mejor será para todos (para el perro y para ti) porque el vínculo se fraguará más rápido, se desecharán miedos, y podréis avanzar en vuestra relación y en la educación del perro.
Lo más importante que necesita tu perro nada más llegar a casa es conocer cuál será su espacio, el suyo propio. Necesita que le hagas comprender que entre todo este entorno desconocido, hay un rinconcito que es para él. Ese será el lugar donde esté su cama. Procura que esté impoluta, preferiblemente que sea nueva (pues el sobrenatural olfato de los perros radiografía esos detalles). Si el perro huele a otro can puede desarrollar un rechazo a esa cama, pues al entorno ajeno se le suma una cama de otro animal que presagia para ellos un conflicto territorialista.
Es muy común que una vez que el perro identifica cuál es su camita, se pase todo el primer día ahí, observando el ambiente sin intención de interactuar. Esto se debe a muchas cuestiones, aunque realmente depende de la historia y del carácter que arrastra el perro respecto a otras vivencias, pero en principio los perros tienden a hacer acopio de observación para identificar los ritmos, las jerarquías y los espacios. Si todo es nuevo para él, probablemente necesite un día entero para asimilar dónde está.
Si tienes la oportunidad, es muy interesante que el perro se haya familiarizado antes con su cama, y que haya dormido en ella antes de ir a tu casa, para así generar un vínculo con su entorno anterior y el presente. De esta forma, además, no le cabrá duda de que el espacio en el que sitúas su cama es el punto que le pertenece.
Opta por instalar su cama en una zona central de la casa, pero que no sea de paso para evitar ruidos y molestias. A la vez, es importante que le pongamos la camita en un lugar donde tenga buena visibilidad de lo que se cuece en el hogar, si le enclaustras en una habitación interior o en un ángulo muerto de la casa, probablemente la integración sea más lenta.
Es muy importante también que desde su cama pueda verte a ti constantemente. Si tú pretendes ser su humano de referencia (quien le alimenta, le saca a pasear y el que le llevará al veterinario) no dejes de mostrarte cercano en este primer día y los siguientes. No hace falta que le des caricias o que le motives. Lo importante es que estés, que el perro te vea y que gracias a su poderosísima observación del medio él mismo determine que probablemente ocuparás el puesto más alto de la jerarquía. Para los perros hacer estos croquis mentales son indispensable para sentirse a gusto en un nuevo entorno. Si pasarás mucho tiempo trabajando en casa, pon su cama en tu zona de trabajo.
Es muy probable que si el perro es pequeño o ha pasado anteriormente por situaciones traumáticas, rehúse salir de su camita o de la estancia en la que esté. Podrá sentir cierto miedo a recorrer un pasillo o cambiar de habitación, por temor a perder la nueva estabilidad que siente en el rincón que le has otorgado. No te preocupes, en un día o dos como mucho tu perro ya estará explorando la casa sin dejarse un rincón.
Ir a dormir cuando sabes que hay un nuevo ser en la casa correteando probablemente sea más estresante para ti que para él. Sin embargo, existen una serie de trucos muy sencillos y evidentes que podrás poner en marcha.
Que el perro se acueste cansado y bien comido es la mejor forma para que se relaje completamente y duerma como un bebé. Podríais haber estado jugando en la calle, vaciando sus reservas de energía, y una vez en casa puedes ofrecerle una delicatesen que le sacie. Con el estómago lleno y el cansancio al máximo no es difícil que el perro se entregue a los brazos del sueño. Y así podríamos marcar una primera noche reparadora.
Si tú también duermes en el mismo espacio, servirá al perro para no sentirse solo y unir lazos desde este primer momento. Si su cama la pusiste en el salón, puedes dormir en el sofá. Si el lugar no es adecuado, puedes mover su cama a tu habitación. El objetivo es que el perro no perciba un nuevo escalón al hacerse de noche y que después de un día de adaptación en el que tú estuviste a su lado y todo fue acorde con una bienvenida afectuosa, la noche no se convierta en un desenganche, que no le produzca rechazo. Hay perros que lloran en su primera noche en casa, o que pasan toda la madrugada en vela porque no se acaban de fiar de lo que pasará a continuación.
Lo más común es que cuando te despiertes descubras que tu perro ha hecho sus necesidades en cualquier parte. Es normal, si el perro que has adoptado no tiene todavía la educación necesaria para realizar sus necesidades en la calle, esta primera noche no será fácil para él, por lo que a la primera de cambio podrá ensuciarte el suelo. Por supuesto: no le reprendas, el refuerzo negativo es lo contrario de lo que necesitáis hoy.