Repartido entre Chile y Argentina, en el último extremo del Cono Sur, la Patagonia es un lugar inmenso. Con un millón de kilómetros cuadrados, se esparce entre la cordillera y el océano, entre la Pampa y la Antártida, y se adorna de bosques y sierras, de mesetas barridas por los vientos y de bosques, de hielos eternos y glaciares, y de lagos y fiordos de una belleza que sobrecoge el alma.
El Parque Nacional Torres del Paine, declarado Reserva de la Biosfera, el Parque Nacional de los Glaciares, un espectáculo de hielo en el que sobresale el Perito Moreno –declarado Patrimonio de la Humanidad– y la Península Valdés son solo alguno de los lugares más increíbles de este rincón donde se ubica, también, el Fin del mundo, un espejismo de riscos entreverados de mar donde los cordones montañosos se desgajan entre lagos y ríos. Sin duda, recorrer estos sobrecogedores paisajes es un viaje para una vez en la vida.
El glaciar Perito Moreno entraña una de las reservas de agua potable más grandes del mundo.
Fernando de Magallanes, a su llegada al continente en 1520, descubrió una especie única de pingüinos que posteriormente acabó recibiendo su nombre. En la Patagonia se encuentran las mayores colonias del mundo de este tipo de pingüinos.
La Patagonia tiene una fruta mágica llamada calafate, como el pueblo. Dicen que todo aquel que la come allí está obligado a volver.
En la Patagonia está la segunda especie arbórea más antigua de todo el mundo, el alerce. Tiene 2600 años. El Parque Nacional Los Alerces, Patrimonio de la Unesco, fue creado en 1937 solo para proteger esta variedad de pinos.
Visitar la Península Valdés, una reserva natural donde observar ballenas, pingüinos magallánicos y numerosas aves. No hay que perderse tampoco el Monte Fritz Roy, situado en el Parque Nacional de Los Glaciares, el glaciar Upsala y el Parque Nacional Nahuel Huapi.
Recorrer El Calafate, un pueblo de casas de madera que es la puerta de entrada a las montañas y glaciares del Parque Nacional de los Glaciares, así como Ushuaia, la ciudad más austral del planeta, con una amplia oferta de actividades al aire libre.
La visita estrella es, sin duda, al glaciar Perito Moreno que, con un frente de cinco kilómetros y una altura de más de 60 metros sobre el nivel del agua, ofrece una de las imágenes más impactantes.
Desde aquí, hay que aprovechar el viaje para realizar una escapada a la Antártida, el más extremo de los continentes, una excursión que se puede contratar tanto desde la Patagonia chilena, como desde la argentina.
Lo mejor para visitar este destino es hacerlo con un viaje contratado que recorra sus principales atractivos turísticos. Un paquete de diez días puede costar desde 3500 €. Hay que tener el pasaporte en vigor con un mínimo de seis meses.
La mejor época para visitar la Patagonia es durante el verano austral que va de diciembre a febrero. Para aquellos que quieran disfrutar de este mágico lugar sin aglomeraciones también octubre, noviembre, marzo y abril, meses en los que, aunque hace más frío, hay menos viento.
Si bien es cierto que podemos admirar la inmensidad del glaciar Perito Moreno desde su pasarela también es posible haciendo un trekking caminando sobre él o contratar una excursión en barco acercándote a sus espectaculares paredes.
Para disfrutar de la Patagonia chilena puedes optar por descargar la App de Chile 360º en Apple Store o Google Play. Tendrás acceso a más de un centenar de vídeos e imágenes en 360 grados para explorar los atractivos turísticos de Chile, incluida la Patagonia. Para ver, en el lado argentino, el Perito Moreno puedes hacerlo a través de Google Arts & Culture (artsandculture.google.com/search?q=perito moreno).