Esta semana terminan las clases y todos los colegios del país comienzan a echar el cierre. Eso significa que, por fin, llegan las notas. Para muchos alumnos, un momento deseado, porque saben que van a ser buenas y tendrán por delante tres meses de desconexión total, pero para otros es el momento que no querían que llegase, no por las vacaciones, sino por lo que puede pasar si acumulan más de un par de asignaturas suspendidas. Un miedo que llevan mucho peor los propios padres.
Así nos lo confiesa Pili Hernández Dopico, maestra, experta en educación y CEO de El Pupitre de Pilu, que, en sus más de 15 años de experiencia, sigue sorprendiéndose “al comprobar que, cuando tenemos que dar la noticia de unas malas notas o de que un niño o niña debe repetir el curso escolar, los que peor lo llevan son los progenitores”. Algo que ocurre, nos dice la experta, “porque piensan que los que han fallado son ellos y se lo toman como algo personal; ¿por qué? porque vivimos en una época en la que tenemos que ser los mejores en todo”.
Sin embargo, no tiene por qué ser ese el motivo y tenemos que entender que repetir curso es la última medida que aplican los colegios. Primero, “se intentan realizar todas las medidas ordinarias necesarias y, si no es suficiente, entonces sí, se plantea esta posibilidad”. Por lo que, si tu hijo repite curso, has de saber que ha sido una decisión muy meditada. ¿Quieres saber cómo afrontarlo? La actitud de los padres, en este caso, nos dice la experta, “es muy importante”.
Pilu Herández nos dice que los niños y las niñas repiten curso por motivos muy variados, y no exclusivamente por un desentendimiento de los padres (que también están, cada vez, más desconectados), entre los que destacan:
Ahora, “sea cual sea el origen, cuando se le plantea a una familia la opción de repetir curso, se ha de ver como algo beneficioso para el estudiante, para que pueda superar bien las dificultades académicas y poder afrontar el resto de cursos sin problemas añadidos”, nos dice.
Sí y no, depende del origen de esta situación, pero lo que está claro, nos dice la experta, “es que los padres no pueden sorprenderse demasiado, pues a las familias se les informa por escrito trimestralmente de los resultados académicos de los menores y, cuando hay suspensos de por medio, el centro siempre se pone en contacto con la familia para informarle de que algo no va bien e intentar poner las medidas oportunas”.
Según nos confiesa la experta, “repetir no significa repetir, aunque suene a paradoja, repetimos para no cometer los mismos errores”. Por eso: