Disponemos de un amplio arsenal de productos de limpieza para el hogar que prometen desinfectar y con los que conseguimos, además, que la casa huela a limpio. Y, sin embargo, cuando perseguimos esa limpieza en profundidad podemos caer en la tentación de hacer mezclas caseras, por ejemplo, con lejía y otros productos como, por ejemplo, el vinagre. ¡Gran error! ya que se pueden producir gases muy tóxicos y peligrosos que pueden dañar tu salud. Por ello, para advertirte del riesgo al que te expones si combinas productos, hemos hablado con los expertos de Stanhome, que nos explican qué mezclas son las más dañinas.
Como nos explican desde Stanhome, cuando nos exponemos a la lejía, podemos sufrir daños en las vías respiratorias, algo que sucede, especialmente, en la población infantil. También podemos ser más propensos a sufrir otras infecciones, según un estudio publicado en la revista Occupational & Environmental Medicine. Es muy peligrosa con los textiles, pudiendo decolorar rápidamente por el simple contacto, es muy dañina con el medio ambiente y perjudicial para la piel. Además, es muy corrosiva con el acero inoxidable, aluminios y otras superficies similares, y, finalmente, no reduce olores.
Puede ocasionar daño en las vías respiratorias, inflamación en los pulmones y aumento en la tensión sanguínea. Por otro lado, el contacto de esta sustancia con la piel podría causar irritación, en caso de que el tiempo de contacto sea considerable, y más aún si la piel está húmeda. También genera ampollas y quemaduras si la concentración en el ambiente es alta.
Porque producen gases tóxicos que son muy perjudiciales para la salud, provocando, sobre todo, problemas respiratorios. De hecho, el Ministerio de Sanidad advierte: “La asociación de varios productos de limpieza domésticos puede ser responsable de cuadros toxicológicos, tanto a nivel respiratorio como dermatológico con síntomas relacionados con la irritación de la piel, picor o inflamación”.
A continuación, los expertos de Stanhome nos indican las mezclas de productos más peligrosas y que pueden causar daños en nuestra salud.
La mezcla de cloro y ácidos provoca gases químicos muy tóxicos que pueden provocar quemaduras graves en los ojos y en las vías respiratorias. El vinagre tiene un ácido que cuando se mezcla con la lejía se genera un gas que se llama gas cloro. Este gas es muy tóxico.
Como nos explican los expertos de Stanhome, la combinación de etanol (alcohol) e hipoclorito sódico (lejía) produce cloroformo y ácido clorhídrico, ambos muy tóxicos. Sus vapores pueden producir daños en ojos, piel, pulmones, riñones, hígado y sistema nervioso.
Se produce una reacción química que desprende gases tóxicos. Limpiacristales, lavavajillas, limpiadores de baño, etc. La mezcla de cualquiera de estos productos con lejía produce también gas cloro. Y la mínima exposición provoca problemas respiratorios y oculares.
Esta mezcla puede resultar explosiva. Por ello, no se recomienda realizarla en un recipiente cerrado, puesto el bicarbonato reacciona con el vinagre y se forma un gas que puede explosionar. Lo que sí se puede hacer es utilizar bicarbonato para quitar manchas y limpiar con vinagre la misma superficie.
Tampoco se puede mezclar cloro con vinagre, agua oxigenada, bicarbonato, limpiadores multiusos desengrasantes o de vidrio, ácidos de cualquier tipo, jugo de limón y alcohol. El cloro y los ácidos producen gas de cloro, un compuesto extremadamente tóxico que irrita las mucosas y membranas y produce quemaduras internas. Además, hay que tener precaución pues este gas se puede absorber también a través de la piel, causando inflamación.