Hay ocasiones en las que necesitas parar, darle un descanso a tu cuerpo y, también, a tu cerebro. Y es que este puede darnos señales que nos alertan de que necesita un descanso, tal y como nos cuenta la Dra. Cristina Fernández García, jefa del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Sanitas la Moraleja, que, sobre todo, hace hincapié en la importancia de un sueño de calidad, como primer paso para conseguir ese cerebro más descansado.
“El sueño es un proceso complejo necesario para mantener una adecuada salud física y mental. Estudios científicos revelan que determinadas fases del sueño intervienen en la regulación del metabolismo cerebral. Es fácil de entender que las alteraciones del sueño van a tener consecuencias en el funcionamiento del organismo. Estas consecuencias son las que nos pueden indicar que es preciso mejorar el descanso con un sueño adecuado. De manera más inmediata aparece cansancio y somnolencia diurna, así como determinadas alteraciones en el rendimiento cognitivo y en las emociones. Más a largo plazo estudios científicos revelan que la privación crónica de sueño tiene consecuencias negativas desde un punto de vista metabólico, endocrino e inmunológico. Por ejemplo, se ha descrito la asociación del sueño de corta duración con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares”, nos anticipa.
Le preguntamos cuáles son las señales concretas que nos indican que nuestro cerebro necesita más descanso. “Cuando existe privación de sueño puede aparecer sensación de fatiga, cansancio y somnolencia durante el día. Además, estudios científicos han evidenciado que se produce una disminución en la velocidad del procesamiento (es decir existe una mayor lentitud en la ejecución de tareas) así como una mayor dificultad en mantener la atención. El sueño también interviene, al menos en parte, en la consolidación de la memoria y, por tanto, un ‘descanso’ inadecuado puede influir negativamente en el aprendizaje y la memoria. Existe también una gran relación entre el sueño y la regulación emocional. Con la privación de sueño se produce también un aumento en el nivel de irritabilidad, del afecto negativo y de la reactividad afectiva”, nos comenta la doctora.
Tal y como explica la doctora Fernández García, el cerebro humano tiene una capacidad de procesamiento limitada. Cuando la cantidad o la intensidad de la información exceden esa capacidad se habla de sobrecarga informativa que puede conllevar alteraciones como estrés, ineficiencia en el trabajo, ignorar información relevante, no tomar decisiones adecuadamente o con retraso, etc. “En la actualidad con las nuevas tecnologías el ser humano recibe a diario mucha más información que en el pasado, su gestión adecuada es multifactorial. Por un lado, se debe realizar un esfuerzo en la organización, filtrado y diseño de la forma de presentación de dicha información que se base en la ergonomía cognitiva (interacción adecuada de la atención, percepción, memoria y razonamiento con los materiales de un sistema para mejorar la toma de decisiones y la interacción persona-ordenador). Por otro lado, el individuo se debe encontrar en la mejor disposición para mantener la adecuada atención al volumen de información que recibe. Para ello se deben aplicar hábitos de vida saludables que incluyan, entre otros, un adecuado nivel de relajación y horas de sueño”, nos comenta.
¿Cuáles son las estrategias que nos pueden ayudar a que nuestro cerebro descanse más y mejor? La doctora Cristina Fernández García resalta la importancia de seguir unas pautas básicas de higiene del sueño:
Además de lo expuesto previamente para obtener un sueño reparador, es también muy importante mantener durante el día una actitud mental positiva y controlar el estrés.
Por último le preguntamos a la doctora si un cerebro descansado es un cerebro más sano. “Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud cerebral es el estado de funcionamiento del cerebro en los dominios cognitivo, sensorial, socioemocional, conductual y motor, que permite a una persona desarrollar todo su potencial a lo largo de su vida, independientemente de la presencia o ausencia de trastornos. Mantener una adecuada salud cerebral depende de muchos factores tanto externos como del propio organismo. Se ha investigado mucho al respecto y en la actualidad resultados de algunos de dichos estudios nos permiten hacer las siguientes recomendaciones”, explica: