Los perros, en general, no pierden el apetito. Es posible que en las épocas de más calor coman menos, pero nunca pierden el interés por la comida. Por ello, cuando un perro (o un gato) no come debemos pedir una cita a nuestro veterinario para que evalúe el estado físico de nuestra mascota y determine qué pruebas son necesarias para saber la causa de esta anorexia. Puede ser por un problema de salud puntual o puede tratarse de una dolencia que requiera un tratamiento.
Generalmente, un perro puede dejar de comer porque tiene algún problema físico. Suele ser por dolor o porque se encuentra mal. “El dolor puede estar en las patitas y en la columna o en los órganos internos. Normalmente, cuando hay alguna alteración en los órganos internos, suele haber otros síntomas como vómitos, diarreas, mucha sed, etc”, nos explica la veterinaria Laura de la Rosa Rodríguez, Veterinaria en AniCura Lauro Hospital Veterinario.
Los gatos pueden dejar de comer por los mismos motivos que un perro, además, son muy sensibles al estrés, y éste podría ser causa de anorexia de un gato. Por ejemplo, “un cambio de casa o la adopción de otro animal puede hacer que el gato, aunque externamente no lo aparente, esté muy estresado y deje de comer”, advierte.
Los síntomas claros para llevar a tu mascota a urgencias son convulsiones, debilidad, hemorragias externas y hemorragias digestivas, pérdida de conocimiento, pérdida de la capacidad de caminar, hinchazón de la piel/cara de forma súbita, ingestión de tóxicos, problemas oculares, imposibilidad de orinar, dificultad respiratoria, vómitos incontrolables, etc.
Además, recuerda la veterinaria, “hay muchísimas causas que pueden ser una urgencia y otras que, aunque parezcan que no, luego sí que lo son. Por ello, siempre recomendamos preguntar si tenemos dudas, antes de tomar la decisión de ir de urgencias o esperar”, indica la especialista.
Podemos pensar que nuestra mascota come menos porque es mayor. Sin embargo, es una creencia errónea, como aclara la veterinaria. “Generalmente, las mascotas mayores, en especial los perros, comen con apetito y no bajan las cantidades de comida. Incluso pueden aumentar y entonces tenemos que controlar que no engorden. Cuando tienen menos apetito se suele encontrar alguna causa interna”.
“Debemos estimularle a comer, cuando, habiendo hecho un chequeo veterinario, sabemos qué le pasa y el profesional nos dé las pautas de lo que podemos hacer”, indica la experta.
Normalmente, se recomienda dar alimentos apetitosos o añadir a su alimento algo que le guste, como caldo de pollo, aceite de oliva, pescado, siempre que sea indicado.
También podemos utilizar mousse o potitos para que vuelva a tener apetito, ya que suelen ser muy sabrosos y con buen olor. Siempre que sea aconsejado por el veterinario y sean de buena calidad.
Podemos encontrar en el mercado vitaminas naturales y suplementos. En algunos casos más graves se pueden dar tratamientos médicos para estimular. “En este caso los debe prescribir un profesional”, concluye Laura de la Rosa Rodríguez, Veterinaria en AniCura Lauro Hospital Veterinario.
