El olor a cerrado del armario puede provocar que tu ropa no huela como debería y que te sientas incómodo con ella. Y es que el olor es uno de los desencadenantes emocionales más poderosos, ya que puede hacernos viajar a la infancia, rememorar recuerdos del pasado y, sobre todo, hacernos sentir mejor. Por eso es muy importante controlar cómo huele tu armario y, en consecuencia, tu ropa, para sentirte cómodo con ella y que las buenas sensaciones te invadan. Te damos varios consejos para que tu armario (y tu ropa) huelan de maravilla. Sí, siempre.
Antes de preocuparte por conseguir un buen olor en el armario, es fundamental descubrir por qué huele mal. ¿El armario es demasiado viejo? ¿Hay alguna humedad que se pueda estar filtrando por la pared? En cualquier caso, lo primero es encontrar la fuente del mal olor y, después, solucionarlo. Si el origen del problema son pequeñas humedades, podrás combatirlas fácilmente, forrando su interior de madera, dejando una pequeña cámara de aire en el interior, que eviten los malos olores. Si no es un armario empotrado, es conveniente que, además, lo cambies de ubicación. Pero si la madera se ha visto afectada, renueva tu armario por uno nuevo.
Para limpiar el armario, primero vacíalo del todo y, en un barreño, echa un par de litros de agua fría con diez cucharadas de bicarbonato. Mezcla bien y, con un cepillo de cerdas suaves, frota el interior del armario. Después, pasa con un paño húmedo para eliminar los restos de bicarbonato y seca.
Deja que el interior del armario se seque bien. Si es posible, ponlo a secar al sol o, al menos, cerca de una ventana abierta. Te aconsejamos que compruebes el olor de la ropa y la laves como haces normalmente antes de guardarla de nuevo, ya que si ha cogido el mal olor del armario, solo podrás eliminarlo lavándola de nuevo.
El exceso de jabón y detergente puede ser la raíz del malo olor en tu ropa. Y es que pasarse con estos productos de limpieza puede ser contraproducente, puesto que es habitual que, en programas cortos, no lleguen a eliminarse correctamente y eso puede hacer que acumulen malos olores. Es uno de los errores más frecuentes al hacer la colada. Esto sucede, sobre todo, si hablamos de las toallas, que tienden a coger muy mal olor. Para evitarlo, acostúmbrate a lavar estas prendas con programas normales y a una temperatura de 50 °C.
Tanto cuando la echas en el cubo de la ropa sucia, como cuando la guardas. Acumular la ropa húmeda puede provocar que acumule malos olores. Y lo mismo, con la ropa de deporte. Lo ideal es que la tiendas antes de echarla en el cesto o la laves inmediatamente. En cuanto a la ropa de deporte, evita utilizar suavizante, ya que penetra en los tejidos sintéticos, haciendo que los malos olores persistan. Asimismo, cuando termine la lavadora, tiéndela al momento y bien estirada, si es posible al aire libre. Y guárdala tan solo cuando esté bien seca.
Otro de los motivos por los que la ropa puede oler a humedad es porque la lavadora no está limpia. Puedes emplear un producto específico para limpiar la lavadora (según las instrucciones) o poner un programa de lavado largo echando 750 ml de vinagre blanco en el cajetín. Además, tendrás que limpiar el cajetín del jabón, la goma y el filtro.
Si el problema del mal olor en el armario es leve hay soluciones muy económicas que puedes hacer tú mismo en casa. En unas bolsitas de tela o en pequeños recipientes (puedes usar un frasco pequeño de cristal sin la tapa), echa unos granos de café –también vale el café en polvo–. Otra opción es utilizar bicarbonato, sal de roca, sal gorda o arroz, que te ayudarán a neutralizar los olores.