Para combatir el mal olor, ¿antitranspirante o un desodorante?

26
Jul

Para combatir el mal olor, ¿antitranspirante o un desodorante?

  • Publicado por: - Quilmes Compra
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La transpiración es uno de estos mecanismos y, en la epoca de más calor, podemos sudar hasta el doble que el resto del año. El sudor, por sí mismo, no huele. Está formado en un 99 % por agua, y el resto son sales y otras sustancias que generan las glándulas sudoríparas. El mal olor aparece cuando las bacterias de la piel descomponen ciertas ciertas sustancias del sudor, como las proteínas y las grasas.

 

Tipos de glándulas sudoríparas

No todas las partes del cuerpo huelen igual cuando se suda. Esto se debe a que en nuestro organismo existen dos tipos de glándulas, las ecrinas y las apocrinas. Las primeras se encuentran por todo el cuerpo, sobre todo, en las palmas de las manos y en los pies. Las apocrinas se localizan, fundamentalmente, zonas con abundantes folículos pilosos como las axilas, las ingles, la región genital y el cuero cabelludo. El sudor de las glándulas apocrinas contiene agua, minerales y sebo, componentes que sí producen olor al degradarse. Una curiosidad, las mujeres tienen más glándulas sudoríparas que los hombres, pero las de ellos son más activas.

 

¿Cómo combatir el mal olor que se produce al sudar?

La higiene es fundamental. Pero, además, contamos con una variedad de productos para reducirlo. Hablamos de los desodorantes y los antitranspirantes, productos de higiene corporal que no pueden faltar en tu rutina de aseo. ¿Cuál de ellos debemos elegir? ¿Actúan igual?

Como nos explica el doctor Javier Romero, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Málaga, “En primer lugar habría que distinguir entre desodorantes, que son aquellos productos que no llevan sales de aluminio, y antitranspirantes, que sí lo llevan. Los primeros actuán sobre las bacterias que producen el mal olor, mientras que los segundos reducen la sudoración al bloquear temporalmente la salida de los conductos que producen la transpiración. El beneficio de estos productos es obvio: disminuir la molesta sudoración. Los contras son escasos, aunque raras veces pueden dar problemas leves en algunas personas”, indica el especialista.

Antitranspirantes

Estos productos regulan la transpiración corporal, es decir, el sudor, y evitan el mal olor. Para ello, utilizan unas sustancias, las sales de aluminio que reducen temporalmente la secreción de las glándulas sudoríparas y el tamaño de estas. Estas sales se depositan en la parte superficial del conducto de las glándulas para reducir de manera temporal la producción del sudor. De esta forma, las bacterias de la piel no tienen nada que descomponer, por lo que no se genera el mal olor.

El dermatólogo Javier Romero, indica que el aluminio es el tercer elemento más frecuente en la corteza terrestre, y lo encontramos en multitud de utensilios, alimentos y en la naturaleza a nuestro alrededor, sin que sea dañino para la salud. “Se ha especulado sobre su asociación al cáncer de mama y el Alzheimer, pero ningún estudio científico ha demostrado dicha relación. Niveles muy elevados de aluminio pueden llegar a ser tóxicos, pero es extraordinariamente raro y, de las 3 vías de absorción del cuerpo para el aluminio (dérmica, digestiva y respiratoria), la producida a través de la piel es la menos relevante con diferencia. Podemos decir que el aluminio es un componente seguro de la industria dermocosmética”.

Es verdad que el antitranspirante protege más

Como decíamos, un antitranspirante reduce la sudoración, por lo tanto, sí protege más y durante más tiempo, puesto que su acción es doble, evita la transpiración y el sudor y combate el mal olor. Por eso, hay personas que sudan mucho y que prefieren un producto de estas características, ya que con él evitarán la molesta sensación de humedad en las axilas, nos explican los expertos en dermatología de NIVEA. Este tipo de productos también reducen el riesgo de manchar la ropa con señales de sudor.

¿Qué alternativas hay a las sales de alumnio?

“En un intento por buscar alternativas más naturales hay personas que optan por el mineral de alumbre. No son conscientes de que en realidad vuelven a elegir el aluminio. En este caso asociado de forma natural al potasio. Aunque debemos ser humildes y entender que existe la posibilidad de descubrir efectos adversos aún no conocidos en lo que la industria nos proporciona, debemos confiar en las evidencias que tenemos actualmente. Los laboratorios realizan constantes esfuerzos por generar productos cosméticos más eficaces y seguros, y existen mecanismos de control sanitarios que testan sistemáticamente toda nueva aportación y controlan los productos ya existentes”, asegura el especialista en dermatología del Hospital Quirónsalud Málaga.

Otra alternativa, como nos explican expertos de NIVEA, es el magnesio, un mineral se encuentra en la naturaleza (por ejemplo, en la sal marina) y es indispensable para el buen funcionamiento del organismo. Los aficionados al deporte seguro que conocen sus beneficios para combatir la humedad: los gimnastas utilizan magnesio para empolvarse las manos y así evitar el sudor y reducir la fricción de la piel. Por ello, el magnesio puede ser una buena alternativa para combatir el olor corporal.

Además de todo eso, el magnesio tiene múltiples beneficios para el cuerpo: aumenta el rendimiento físico, ayuda a relajar los músculos tensos y doloridos, tiene propiedades regeneradoras y antiinflamatorias, mejora la calidad del sueño y reduce la presión arterial. Es indispensable para unos huesos y músculos fuertes y un sistema inmunitario sano.

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