El trasplante es una tarea inevitable cuando se cultivan plantas de interior. La primavera ya está aquí y con las temperaturas en ascenso, es el momento ideal para hacerlo; en realidad, se puede realizar desde finales del invierno y hasta inicios de la primavera, antes de que la planta comience su época de crecimiento (que generalmente se desarrolla en esta estación y hasta el verano) y, sobre todo, antes de que empiece su floración.
Porque es claves trasplantar tus plantas en el momento adecuado para ellas y la frecuencia cambia en función de las especies, te contamos qué populares plantas de interior conviene trasplantar en esta época.
Aunque seguro que primero de todo querrás conocer los motivos por los que cambiarlas de un lugar a otro tu planta: el principal es ayudar al buen desarrollo de sus raíces. En el caso de las plantas de interior, el proceso se hace lógicamente a un recipiente de mayor tamaño. Por cierto, aprovecha también para poner el mejor sustrato según de qué variedad de planta se trate, con el objetivo de fortalecerla y mejorar su crecimiento.
Según el tipo de plantas, deberás trasplantarla cada año o con menos frecuencia, cada dos o tres. En el caso de la monstera (también denominada costilla de Adán y en nombre científico Monstera deliciosa) convendrá hacerlo cada dos años. Cuando realices la tarea aprovecha para eliminar las raíces feas o extralargas, dejando las más gruesas. Una vez limpias las raíces, es el momento de retirar las hojas que estén en mal estado, para sanear completamente la planta.
Los geranios (Geranium) en maceta, que decoran muchos de nuestros interiores además de balcones y terrazas también tienen el inicio de la primavera como época ideal para el cambio de maceta, que puede hacerse anualmente, sobre todo si la planta es joven o con menor frecuencia, en especial cuando aparecen raíces por los agujeros del drenaje del agua. ¿Cuándo hacerlo también? Si pasados más de dos años desde el último cambio de recipiente nos damos cuenta de que apenas crece, eso delata que está reclamando un cambio de tiesto.
Las echeverias son preciosas suculentas con hojas en forma de roseta que entran en periodo de latencia si sufren mucho calor o frío, cosa que no es habitual que suceda en el interior de la casa. Existen casi 400 especies que pertenecen a esta familia y tienen sus especificidades de cuidados, aunque, por regla general, todas requieren un trasplante cada dos años en primavera.
Para lograr un sustrato ligero que impida el encharcamiento que tanto perjudica a su salud, mezcla 2/3 de tierra para macetas y 1/3 de arena de río de grano medio.
El anturio (Anthurium) es otra de las plantas de interior que debe cambiarse de maceta en primavera, aunque solo cuando las raíces empiezan a salir por los agujeros de drenaje. A pesar de que resulta difícil generalizar porque la frecuencia variará de un ejemplar a otro y dependerá mucho de sus condiciones de cultivo, lo habitual será trasplantarlo cada dos años. Antes de proceder al traslado de contenedor riega bien tu anturio.
La orquídea (Orchidaceae) es una planta ornamental muy popular debido a su espectacular floración y mudarla de contenedor va a ser vital para revitalizarla y seguirla viendo tan hermosa. Hay que hacerlo a finales del invierno o inicios de la primavera aproximadamente cada dos años a una maceta ligeramente mayor, no conviene que el recipiente ahora resulte demasiado grande, bastará con que las raíces no queden muy compactadas y se muevan con mayor libertad.
El poto (Epipremnum aureum) conviene trasplantarlo una vez al año y, como estamos viendo en el resto de los ejemplos, la época óptima para realizar esta tarea es la primavera. Cuidado con excederte con el tamaño del nuevo contenedor, pues la planta no se desarrolla convenientemente al emplear su energía sobre todo a la exploración del sustrato.
En la familia de drácenas, arbustos muy empleados para decorar interiores al ser fáciles de cuidar (sobre todo demandan estar expuestos a la luz natural matizada), existen variedades de crecimiento más rápido (que convendrá trasplantar anualmente) y otras, como el tronco de Brasil, que pueden cambiarse de contenedor cada dos años, al ser su ritmo más lento.
En el caso de la Dracaena marginata de la imagen (de Interflora), que se caracteriza por su hoja fina de punta aguda, bastará con trasladarla a otra maceta cada 24 meses en primavera, optando por rellenarla con un sustrato universal.
Los bulbos (como los narcisos de la imagen) tienen otra época adecuada para su trasplante: cuando el follaje se haya marchitado y se tiña de amarillo, es decir, idealmente en otoño. Igualmente, la temporada de cambio de maceta de otras plantas de flor invernal puede no coincidir con la estación primaveral.
En cualquier caso, para que la operación tenga éxito y nuestras plantas se vean beneficiada por el trasplante habrá que cuidar siempre de estar provistos de las herramientas de jardinería adecuadas (guantes, palas y, para no mancharte, un delantal). Y, una vez hecha la operación, vigila de cerca que la planta no haya sufrido un cambio traumático al tener que adaptarse a su nueva maceta y tierra.
