Mantener la piel hidratada es uno de nuestros retos más importantes. El día a día, las variaciones climatológicas, la contaminación o la exposición al sol son solo algunas de las causas que pueden provocar sequedad, deshidratación u otras imperfecciones en nuestra piel. Para conseguir una piel hidratada y suave debemos cuidar de forma rutinaria nuestro cutis. Puede parecer complicado, sin embargo es más fácil de lo que nos pensamos. Toma nota de estos consejos, ¡conseguirás una piel ideal!
Limpiar nuestro rostro es muy importante para mantener nuestra piel suave y fresca. Además, nuestra piel necesita respirar por lo que todas las noches, antes de dormir, debemos quitarnos el maquillaje y liberar nuestros poros.
Nuestra recomendación es que utilices agua fría para su limpieza ya que cerrará los poros y ayudará a la hidratación, al contrario que el agua caliente que reseca el cutis. Si tienes la piel sensible y sufres enrojecimientos con el agua, puedes hacerte la limpieza con productos suaves como por ejemplo el agua micelar.
Cuando termines, procura secar tu cara con mucho cuidado. Con una toalla suave seca tu rostro sin frotar bruscamente la toalla. Una vez que hayas eliminado la humedad, déjala secar al aire libre y por último, pulveriza tu piel con Spray de Agua Termal.
Exfolia tu rostro al menos una vez a la semana
La piel se regenera cada día, eliminando las células muertas de nuestro cutis. La exfoliación es un ritual de belleza que no debe faltar en nuestras rutinas beauty ya que hará que nuestra piel tenga un aspecto más rejuvenecido, suave y brillante.
Para ello puedes usar algún gel facial, que contenga pequeñas partículas para que arrastren las células muertas, o incluso puedes optar por nuevos aparatos como los cepillos con rotores que limpian en profundidad la piel. Si tenes la piel sensible, no te olvides de consultar con tu dermatólogo cómo hacerte la exfoliación.
¡Tene cuidado con las lesiones faciales!
Cuando nos miramos al espejo y nos vemos algún granito o punto negro molesto, intentamos extraerlos y acabar con ellos de forma inmediata pero cometemos un gran error. Hay que tener especial cuidado y evitar las lesiones faciales ya que inflamarán nuestro rostro y, posteriormente, saldrán marcas en nuestro cutis.
Relájate y descansa
Aunque no lo creas, dormir es el secreto de muchísimas mujeres para tener una piel perfecta. Cuando estamos durmiendo y descansando, nuestra piel regenera sus tejidos y células. Si tenemos un mal descanso o no dormimos las horas necesarias, la piel no cuenta con el suficiente tiempo para renovarse y tomará un aspecto de envejecimiento a un ritmo mucho más rápido. Por ello, debemos dormir bien y mínimo 6 horas cada día.
La sonrisa es un gesto que hace mucho sobre nuestra cara. Además de activar nuestros músculos faciales, genera endorfina y nuestra piel luce mucho más luminosa y brillante. Fácil, ¿NO? ¡Nunca dejes de sonreír!