Las vacaciones y viajar en familia . Tenemos la maleta preparada y ahora nos queda el trayecto hasta destino. A partir de ahí, solo tendremos que disfrutar. Sin embargo, podemos no empezar con buen pie. A veces, el viaje es demasiado largo, las temperaturas muy altas y alguno de nosotros se marea. Los más pequeños, los adolescentes y las embarazadas son el colectivo más vulnerable a los mareos, por lo que los expertos recomiendan tomar un conjunto de medidas para evitar la aparición de las náuseas y vómitos . En el caso de los niños, son los menores a partir de tres años los que empiezan a sufrir este problema, pues los bebés son ajenos a ello. ¿Sabes por qué les afecta tanto y cómo puedes prevenirlos?
El mareo por movimiento, conocido como cinetosis, que es el que nos ocurre en el coche, es un trastorno causado por un desequilibrio entre las señales que llegan al cerebro y las que reciben los oídos, los dos órganos encargados de la estabilidad de nuestro cuerpo. Puede ocurrir en el coche o en cualquier otro medio de transporte, como el avión, el tren o el barco, porque lo que pasa es que el cuerpo está parado, pero todo se mueve a nuestro alrededor. Y ahí está el descuadre.
Y es que, aunque estemos sentados, el cerebro percibe el movimiento a través de las señales que le llegan del oído interno, sobre todo, pero también de los ojos, los músculos e, incluso, las articulaciones. La información, por tanto, es contradictoria. Cuando esto ocurre, nos mareamos y sentimos una sensación de inestabilidad muy desagradable que, por lo general, viene acompañada de sudores fríos, de palidez y salivación excesiva, náuseas y vómitos .
Llegar a esta situación es poco frecuente en los bebés, pero como afirma la Asociación Española de Pediatría (AEP), a partir de los dos o tres años esta sensibilidad al mareo se incrementa hasta los doce años. Después, aunque puede acompañarte como adulto, suele disminuir su intensidad.
En primer lugar, aunque es complicado, el Real Automóvil Club de España (RACE), asegura que hay que conducir de forma suave, evitando aceleraciones o frenazos bruscos, con ausencia de tirones a la hora de girar el volante. Es decir, si observas que tu hijo se marea mucho, quizás tengas que revisar tu estilo de conducción. Además, puedes poner en práctica estas consideraciones, tanto de manera previa como durante el trayecto, para minimizar o anular esa sensación de mareo en tus hijos.
Por último, una de las mejores prácticas para evitar los mareos de los niños es que programéis vuestro viaje para hacerlo de madrugada. De esta forma, irán la mayor parte del trayecto dormidos. Los fármacos para evitar el mareo deben ser siempre la última opción, pues la gran mayoría tienen efectos secundarios y, en todo caso, consultado con un pediatra.