En España, más de 12 millones de personas son fumadoras. De hecho, casi un 30% de la población mayor de 15 años en nuestro país fuman. La mayoría de las personas que consumen tabaco habitualmente, lo han intentado dejar. De hecho, 7 de cada 10 fumadores españoles han intentado dejar de fumar al menos una vez en su vida, para lo que el asesoramiento de un profesional sanitario incrementa hasta cuatro veces las oportunidades de conseguirlo con éxito. Y más en este tiempo de pandemia, puesto que el riesgo de ingreso por coronavirus es mayor si se es fumador. La doctora Dra. Marisi Verdugo Cartas, neumóloga y responsable de la consulta especializada de Tabaquismo en el Hospital Universitario Infanta Sofía nos explicará cuáles son las recomendaciones que realmente nos ayudan a abandonar el hábito tabáquico. Además, nos explica cómo influye en el riesgo de complicaciones si sufrimos la COVID-19 producida por el virus SARS-CoV-2.
Las personas que fuman y se infectan por el coronavirus SARS-Cov2 tienen una peor evolución de la enfermedad presentando complicaciones más graves como, por ejemplo, más necesidad de oxigeno y ventilación mecánica, más ingresos en una unidad de cuidados intensivos y mayor probabilidad de muerte.
Si dejar de fumar siempre ha sido importante para evitar el desarrollo de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y tumorales, en estos tiempos de pandemia el abandono del tabaco ayuda también a prevenir la enfermedad por COVID-19 y a evitar sus complicaciones.
El humo del tabaco deteriora varios de los componentes de los mecanismos de defensa del aparato respiratorio, tanto la inmunidad celular como la humoral y, de forma temprana, afecta a mecanismos inespecíficos como el mecanismo de limpieza mucociliar (un mecanismo de limpieza de la mucosa nasal). Estas alteraciones favorecen la aparición de infecciones bacterianas o virales.
Fumar es un factor de riesgo para padecer neumonía por bacterias como el neumococo y por virus que causan resfriados comunes entre los que se encuentran los coronavirus.
Dejar de fumar es beneficioso desde el primer día. Dejar de consumir tabaco tiene un impacto positivo casi inmediato en la función pulmonar y cardiovascular. Estas mejoras sólo aumentan a medida que pasa el tiempo y todo ello incrementa la capacidad de los pacientes con COVID-19 a responder mejor a la infección y reducir el riesgo de muerte.
No existe ninguna fórmula mágica ni un proceso de abandono igual para los distintos fumadores. El primer paso debe ser la intención clara de dejarlo y a partir de ahí se debe pedir ayuda a un profesional que intervenga en el proceso.
Lo que ha demostrado mas eficacia en la deshabituación del tabaco es la suma de tratamiento psicológico junto con tratamiento farmacológico que se individualizará dependiendo de las características de cada fumador. Tenemos fármacos eficaces y seguros para ayudar a dejar de fumar.
Una buena noticia con la que empezamos el 2020 fue la financiación de dos de los fármacos que utilizamos para dejar de fumar (vareniclina y bupropion). Esta fue una medida que impulsó a muchos fumadores a dejar de hacerlo y aún a dia de hoy se mantienen abstinentes.
Con el estado de alarma se interrumpieron las citas presenciales, pero se han puesto en marcha otros recursos disponibles como la teleconsulta o las videollamadas para seguir acompañando al fumador en el proceso de abandono.
Otros recursos disponibles también útiles son apps y paginas web recomendadas por profesionales y diseñadas también para ayudar al fumador.
Desde mi experiencia las personas que dejan de fumar lo viven como una de las mejores decisiones de su vida. No solo mejoran físicamente desde el principio, sino que perciben una enorme sensación de libertad.
Es cierto que se tiene incertidumbre y miedos, pero dejar de fumar es un regalo para uno mismo y para los que nos rodean.
Si lees esto y lo estas pensando… No lo dudes, ponte en acción, pide ayuda a un profesional y regálate salud.